Las guías pueden ser descargadas gratuitamente pinchando sobre la portada.



Si desean recibir una copia impresa de nuestras guías (sólo en España), por favor solicítenla en la dirección de correo info@elisabethornano.org, indicándonos su correo postal y el titulo de la guía.



Siguiendo nuestro estudio en los distintos aspectos que engloban la prevención en salud mental infanto-juvenil, durante 2012 hemos desarrollado la “Guía breve de Educación Emocional para familiares y educadores”, encaminado para que uno pueda entender las diferentes inteligencias, la importancia de la educación emocional y de los valores, para así poder percibir mejor el potencial de su hijo mas allá de la parte solamente académica. Al igual que las demás guías, puede ser descargada gratuitamente pinchando sobre la portada.

Educación infantil-guardería

De pequeñitos son niños muy movidos, que cuando los profesores ya esperan que puedan sentarse un ratito a realizar una tarea que requiere una mínima concentración, no lo hacen. Al principio sólo se ve que son muy enérgicos, que no parecen cansarse, pueden ser ágiles pero es habitual que tengan pequeños accidentes continuamente por su atolondramiento, su incapacidad para calcular los riesgos y su temeridad. En el patio ya destacan como los más activos de todo el grupo. Si uno se fija con detenimiento, verá que la actividad que realizan es bastante desordenada. No son niños solo activos y rápidos, que los hay, sino que a diferencia de éstos, no terminan nada de lo que empiezan. Primero se suben a un columpio, se bajan por cualquier lugar, empiezan a jugar a la pelota y enseguida cambian a empujar un camión. No se centran en ningún grupo ni con ningún juguete durante un rato. Cuando termina la hora del patio, les cuesta calmarse más que a los demás, parece que no pueden frenar el motor que les tiene permanentemente en marcha. Entran en clase y en lugar de sentarse van de un lado para otro, o si se sientan, enseguida interrumpen sin fijarse en la tarea que se supone que tienen que hacer. Esto es difícil de tolerar por los profesores, que están permanentemente llamándoles la atención, que tienen la sensación de que no se les escucha y que se frustran ante las distorsiones que se producen en la clase. Todos los niños de la clase ya empiezan a fijarse en ese niño, en sus casas dicen que hay un niño en clase que es un desobediente, o malo, y pronto ese niño se hace tristemente popular. Cuando el TDAH es grave, o se acompaña de un trastorno oposicionista desafiante o un trastorno de conducta, entonces las quejas son más importantes, porque el niño puede destacar por su agresividad, empuja a otros, les muerde, no controla su fuerza y, a veces sin querer, hace daño a los otros niños. Puede llegar la situación en que los padres de los otros niños se quejen de él y pidan al colegio que actúe. No es infrecuente que desde ya muy pequeños, otros padres pidan la expulsión del niño del colegio.

En esta etapa, un pensamiento que se les suele cruzar a los profesores por la cabeza es que el niño es un malcriado, que en su casa no debe haber límites, y en su cabeza empiezan a responsabilizar a los padres de la “mala educación” del niño. Este el momento de no sacar conclusiones precipitadas, coordinarse con la familia y aunar esfuerzos para identificar qué es lo que está realmente ocurriendo (recurriendo a los especialistas que sea necesario) y cómo poner solución, de forma coordinada, entre el colegio y la familia.

Si encuentra interesante el contenido de la web puede enviárselo por correo a un amigo.